SER MUJER EN UN PUEBLO
La
corresponsabilidad en el mundo rural es asunto complejo e importante, es
evidente que existe una problemática que afecta directamente a la mujer, existe
dentro del mundo rural roles excesivamente marcados, es
decir, una masculinización que
complica aún más el acceso de la mujer al mercado laboral, la insuficiencia o inexistencia de servicios e
infraestructuras básicas, dificulta la conciliación laboral, por la
inexistencia de guarderías o servicios de proximidad para la atención de
personas dependientes, a esto hay que añadir la dispersión geográfica lo que se
traduce en tener que invertir mucho tiempo del día a los desplazamientos, así
como el envejecimiento de la población lo que supone el aumento de la población
dependiente, marcando aún más el rol de cuidadora de la mujer rural.
Aunque existe una
evolución de los roles, se observa una evolución en la sociedad en la asignación
de los mismos, hay algunos muy marcados como el reproductivo, tradicionalmente asignado a la mujer,
encargándose de las tareas domésticas y la crianza de los hijos. El productivo, al
hombre, por el que se hacía responsable de llevar el sustento a la casa.
Pese a que el mundo rural se resista a
mantener las tradiciones de antaño. La mujer ha accedido al mundo laboral con
fuerza y no piensa, ni debe, abandonarlo. Pero eso no debe conllevar que soporte
un sobrepeso que no le corresponde. «Los roles no están para
asignarlos, están para aceptarlos». Y la
mujer actual, creo que se equivocaría si asume por su simple condición de mujer
el rol reproductivo y el productivo al mismo tiempo, sin contar en igualdad de
condiciones con su pareja. Eso es corresponsabilidad. El reparto justo no solo
de obligaciones y tareas, sino también de desarrollo personal, autoestima y una
dosis de independencia que va ligada a cada una de nuestras decisiones.
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